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Cómo ayudar a nuestros hijos a aprender a leer



Leer en voz alta es una de las mejores maneras para ayudar a tu hijo a aprender a leer. Además, ¡puede ser muy divertido!
Cuanta más emoción muestres mientras lees, ¡más lo disfrutará! Lo más importante es que él marque su propio ritmo y se divierta mientras aprende a leer.





Sigue los siguientes consejos cuando leas a tu hijo:

.Haz correr el dedo a lo largo de las palabras a medida que las vas leyendo para enseñar a tu hijo que las palabras que señalas son las que explican la historia.

.Haz sonidos de animales y voces divertidas, ¡sin vergüenza! Así ayudarás al niño a que se entusiasme con la historia.

.Detente en las imágenes y pregúntale a tu hijo que describa qué ve. Háblale sobre cómo las imágenes relatan la historia.

.Invítalo a participar en cualquier frase que se vaya repitiendo a lo largo del cuento.

.Enséñale como los acontecimientos que tienen lugar en el libro pueden ser similares a los que vive en el día a día.

.Si el niño hace una pregunta, para de leer y respóndele. El libro puede ayudarle a expresar pensamientos y solucionar problemas propios.

.Sigue leyendo a tu hijo incluso después de que haya aprendido a leer. Un niño puede escuchar y entender historias más complicadas que si las lee por sí mismo.

Leer en voz alta

Una vez el niño empiece a leer por su cuenta, hazle leer en voz alta. Esto le ayudará a coger confianza en su habilidad y disfrutar en el aprendizaje de nuevas técnicas de lectura. Haz turnos con tu hijo para que vaya aprendiendo habilidades más avanzadas de lectura.

Si el niño pide ayuda con una palabra, explícale rápidamente el significado para que no pierda el hilo de la historia. No le fuerces a decir una palabra si tropieza, a menos que él mismo insista en hacerlo.

Si sustituye una palabra por otra mientras está leyendo, observa si tiene sentido. Si por ejemplo utiliza la palabra “perrito” en vez de “cachorro”, el resultado es el mismo, no te pares para corregirle. Si por el contrario utiliza una palabra que no tiene sentido, por ejemplo “bruja” por “burbuja”, pídele que lea otra vez la frase porque no estás seguro de haber entendido bien lo que ha leído. Reconoce los límites de energía de tu hijo, parad en cada sesión ante cualquier señal de fatiga, cansancio o frustración.

Sobre todo, ¡asegúrate de felicitarlo por los progresos! ¡Tú eres su primer profesor y el más importante de todos! La alabanza y el apoyo que le das mientras él aprende a leer le ayudarán aún más a disfrutar de la lectura y del aprendizaje.

Aprender a leer en la escuela

Una vez que tu hijo empiece la escuela primaria, comenzará la educación formal en la lectura. Hay muchas maneras de enseñar a los niños a leer en la escuela:
  • Enfatizando el reconocimiento de la palabra haciendo entender a los alumnos su significado global en el contexto.

  • Aprendiendo qué sonidos representa cada letra (fonética); eso les ayuda a “decodificar” o pronunciar las palabras.

  • Prestando atención a las conexiones entre lo hablado y lo escrito.



Muchos profesores utilizan una combinación de métodos para enseñar a sus alumnos a leer. Se trata de una habilidad importante para los niños en su aprendizaje. Muchos aprenden a leer sin ningún problema, pero forzar a un niño a leer antes de tiempo o cuando presenta problemas puede ser contraproducente. Se recomienda leer conjuntamente y jugando a juegos para hacerlo de forma más divertida.

Los padres deben involucrarse en el aprendizaje de sus hijos. Fomentar la pasión de un niño por el aprendizaje irá acompañado de una mayor probabilidad de éxito escolar.

Consejos para la lectura

Estos son algunos consejos a tener en cuenta mientras tu hijo aprende a leer:

  • Dedícale un tiempo cada día. A muchos niños les encanta que les cuenten un cuento antes de acostarse. Además esta es una buena manera de relajar al niño después de un día de mucha actividad.

  • Deja libros en la habitación del niño para que pueda disfrutarlos cuando quiera. Asegúrate de que la habitación cuenta con las mejores condiciones para una buena lectura: una cama, un sofá o una silla confortable, unas estanterías para los libros y luz adecuada.

  • Lee los libros que el niño disfruta más. Al cabo de un tiempo seguro que se sabe las frases de memoria. Deja que vaya relatando él mismo el cuento.





 
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